Residentes de San Diego se trasladan a Tijuana para obtener más por su dinero

Las historias de migrantes que cruzan de México a Estados Unidos en busca de una vida mejor son bien conocidas. Pero durante la última década, una migración inversa ha ido ganando fuerza silenciosamente: Los estadounidenses, excluidos del mercado de la vivienda y frustrados por los elevadísimos costes de la atención sanitaria, la electricidad y los productos básicos, optan cada vez más por alquilar o comprar casas en México.

La pandemia, que desvinculó a millones de personas de los desplazamientos a una oficina física, así como el pase Sentri, que permite a los viajeros aprobados y de bajo riesgo una vía rápida para entrar en Estados Unidos por la frontera mexicana, han acelerado esta tendencia.

Los precios al consumo, incluido el alquiler, son un 62% más bajos en Tijuana que en San Diego, y en Tijuana se necesitan unos 2,500 dólares al mes para un nivel de vida que en San Diego costaría 6,600 dólares.